Santa Etheldreda, comúnmente conocida como Audry, fue la reina de Northumbria. Nació alrededor del año 630, y cuando aún era muy joven, su padre, Anna, rey de East Anglia, la entregó en matrimonio a un príncipe subordinado, quien le dio un terreno conocido localmente como la isla de Ely. Ella permaneció virgen incluso durante su matrimonio, y cinco años después de su temprana muerte, vivió aislada.

Santa Etheldreda se vio obligada a casarse nuevamente por conveniencia política, esta vez con el heredero de Oswy, rey de Northumbria. A lo largo de sus 12 años de matrimonio, mantuvo su virginidad y dedicó gran parte de su tiempo a la devoción y la caridad.

St. Wilfrid fue su amiga y guía espiritual.

Santa Etheldreda tomó el dolor y la humillación como una bendición: en su lecho de muerte, agradeció a Dios por una enfermedad que le había hinchado dolorosamente el cuello, lo que consideraba un castigo por haber usado en vano collares con joyas cuando era joven.

Murió el 23 de junio de 679 y fue enterrada en un ataúd de madera, como había pedido.

Cuando el cuerpo de Santa Etheldreda fue trasladado a un ataúd de piedra, se encontró incorrupto y su cuello estaba perfectamente curado, según los médicos.